domingo, 5 de octubre de 2014

Gratinado de verduras

    Algo que estoy intentando este año es incorporar más berenjenas y zanahorias en los menús de casa, porque son dos cosas que me da mucha pereza preparar, quizá porque no conocía muchas recetas en las que fuesen parte principal y no un mero complemento prescindible. Este plato resulta muy cómodo de preparar y la mezcla de sabores es algo que no me esperaba mientras lo preparaba, y que sin duda merece la pena probar.

    Además, es un plato tremendamente ligero y adecuado para gente que se cuida la alimentación ya que apenas contiene hidratos o grasas, y las grasas que tiene (de la mantequilla, leche y queso) son en su mayoría sustituibles. La mantequilla es una cantidad pequeña -¡30 gr para unas 6 raciones!-, la leche puede ser desnatada, y el queso rallado puede ser bajo en grasas o bien sustituirse por huevo y/o nueces picadas.



Ingredientes:
  • 2 berenjenas pequeñas (500gr aprox.)
  • 2 calabacines medianos (600 gr aprox.)
  • 5 zanahorias medianas (300 gr aprox.)
  • 1 cebolla mediana
  • 500 ml. leche
  • 30 gr. mantequilla + un poco más para el molde
  • 30 gr. harina
  • 200 ml. tomate triturado
  • Queso rallado
  • Sal
  • Nuez moscada
  • Pimienta negra
  • Orégano

Preparación:
    1. Limpiar los calabacines y las berenjenas y cortarlos en rodajas no muy gruesas. Echar sal y pimienta negra, remover, y colocar en una bandeja cubierta con papel de cocina para que absorba todo el agua que irán soltando las verduras. 
Se puede ver el agua que sueltan.
    2. Pelar las zanahorias y cortarlas en rodajas más bien gruesas. Ponerlas en una cazuela con agua hirviendo con un poco de sal y dejar cocinar unos 15 minutos.
    3. Mientras, preparar una bechamel de cebolla: Picar la cebolla todo lo pequeña que podamos y sofreírla unos minutos en los 30gr. de mantequilla. Luego añadir la harina y remover bien, y después ir incorporando la mitad de la leche poco a poco hasta que se forme una crema. Poner sal y nuez moscada al gusto y añadir entonces el resto de la leche, dejando cocinar a fuego medio-bajo removiendo constantemente hasta que tengamos una bechamel ligera.
    4. Untar la fuente donde vayamos a hacer el gratinado con un poco de mantequilla y colocar las verduras de forma alterna: calabacín, berenjena, zanahoria... y formando "columnas". Cuando estén listas, poner el tomate triturado por encima de las columnas, y luego verter la bechamel repartiéndola por toda la superficie.

   5. Echar el queso rallado de forma que quede bien repartido y hornear 30 minutos en el horno precalentado a 180ºC, hasta que el queso se dore.
    6. Sacar y espolvorear con orégano.

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