Algo que estoy intentando este año es incorporar más berenjenas y zanahorias en los menús de casa, porque son dos cosas que me da mucha pereza preparar, quizá porque no conocía muchas recetas en las que fuesen parte principal y no un mero complemento prescindible. Este plato resulta muy cómodo de preparar y la mezcla de sabores es algo que no me esperaba mientras lo preparaba, y que sin duda merece la pena probar.
Además, es un plato tremendamente ligero y adecuado para gente que se cuida la alimentación ya que apenas contiene hidratos o grasas, y las grasas que tiene (de la mantequilla, leche y queso) son en su mayoría sustituibles. La mantequilla es una cantidad pequeña -¡30 gr para unas 6 raciones!-, la leche puede ser desnatada, y el queso rallado puede ser bajo en grasas o bien sustituirse por huevo y/o nueces picadas.
Ingredientes:
- 2 berenjenas pequeñas (500gr aprox.)
- 2 calabacines medianos (600 gr aprox.)
- 5 zanahorias medianas (300 gr aprox.)
- 1 cebolla mediana
- 500 ml. leche
- 30 gr. mantequilla + un poco más para el molde
- 30 gr. harina
- 200 ml. tomate triturado
- Queso rallado
- Sal
- Nuez moscada
- Pimienta negra
- Orégano
Preparación:
1. Limpiar los calabacines y las berenjenas y cortarlos en rodajas no muy gruesas. Echar sal y pimienta negra, remover, y colocar en una bandeja cubierta con papel de cocina para que absorba todo el agua que irán soltando las verduras.
Se puede ver el agua que sueltan. |
3. Mientras, preparar una bechamel de cebolla: Picar la cebolla todo lo pequeña que podamos y sofreírla unos minutos en los 30gr. de mantequilla. Luego añadir la harina y remover bien, y después ir incorporando la mitad de la leche poco a poco hasta que se forme una crema. Poner sal y nuez moscada al gusto y añadir entonces el resto de la leche, dejando cocinar a fuego medio-bajo removiendo constantemente hasta que tengamos una bechamel ligera.
4. Untar la fuente donde vayamos a hacer el gratinado con un poco de mantequilla y colocar las verduras de forma alterna: calabacín, berenjena, zanahoria... y formando "columnas". Cuando estén listas, poner el tomate triturado por encima de las columnas, y luego verter la bechamel repartiéndola por toda la superficie.
5. Echar el queso rallado de forma que quede bien repartido y hornear 30 minutos en el horno precalentado a 180ºC, hasta que el queso se dore.
6. Sacar y espolvorear con orégano.
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